Sin crueldad, no hay fiesta - Friedrich Nietzsche

La dramaturgia de la hybris ha de ser severamente controlada, de otra forma devora y fulmina al ejecutor, cuando ya no es posible sublimar, cuando el control del dolor se funde y difumina con el dolor mismo, cuando la línea del límite ha sido violentada , el artista se transmuta en metáfora.
Günter Brus, en Rotura de nervios, la acción es concisa, comprimida, efímera, el cuerpo de la persona es sometida a una dura prueba. El actor es agresivo consigo mismo y su entorno. Gunter se golpea, se humilla, se corta, se estrangula: el cuerpo es un cortocircuito, un latigazo intermitente aplicado a la resistencia de la mente. El cuerpo es degradado a través de la mutilación, la sexualidad pervertida con el uso de objetos punzantes: tijeras, cuerdas, cuchillas de afeitar que torturan y destruyen la naturaleza física, hasta convertirla en masa informe, sangrante, dolorida. “un test de rotura de nervios” afirma Günter que es el cambio repentino en la dirección de la acción. Shocks como impulsos deben de ser emitidos, los cuales al principio pueden irritar al espectador, pero mas tarde cambian a una solución confortable de conflicto”. Al fin si algo surge triunfante es el poder de la mente.
La belleza trágica del dolor sublimado, del misterio del dolor humano, que apela a la ira, al abuso, al placer del otro, a la tortura del otro. La belleza de la víctima y la fascinación del verdugo. El cuerpo de Brus no es pleno, sino un no-cuerpo, de un cuerpo arrojado fuera de si para desaparecer y ser poseído.
Prueba de resistencia, no es solamente rotura de nervios, someter el tejido nervioso al límite de tensión. Es metafóricamente la rotura de un espejo donde se refleja el humanismo del sujeto moderno. Hecho mil pedazos, el espejo no devuelve como identidad más que infinitas imágenes, heridas, distorsionados, fragmentadas.

En acción autopintura, realizada en 1964- 1965. La pintura se somete al cuerpo a una metamorfosis, dramática y alquímica, a una dramaturgia plástica. Brus elabora imágenes conceptuales y minimalistas sometidas a un absoluto control. Los no-colores, los colores de la ausencia de la nada, del abismo de la incorporeidad. El cuerpo de Brus pintado de blanco en una habitación blanca, rodeado de objetos blancos, se imponen actos como partirse en dos con un pincel lleno de pintura,-inflijirse una herida- abrirse con un hacha- desmembrase- y pintarse de negro con un brocha, se sumerge en un balde de pintura, hasta convertir el cuerpo en una cosa, es decir “un cuerpo-pintura” ofrece un cuerpo pintura, pura expresión de gesto pictórico, pero metamorfoseada en creación, destrucción y cultura: agresividad, violencia corte,, rajas, herida. Todo hacia, desde y contra sí mismo.

Para Uds. :

http://www.youtube.com/watch?v=8kiAG1M67Io